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La profecía de los terremotos en agosto y en Bogotá que habría sido dada por el sacerdote Margallo

El padre Francisco Margallo lanzó una profecía hace años en la que aseguró que en un agosto, se destruirá Bogotá.

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La profecía de los terremotos en agosto y en Bogotá que habría sido dada por el sacerdote Margallo
Foto: Servicio Geológico Colombiano

La profecía que el padre Margallo lanzó hace años y que preocupa, en especial, a los bogotanos más viejos que recuerdan esta historia, en especial en el mes de agosto.

El 31 de agosto de 1917 un fuerte terremoto sacudió a Bogotá a las 6:36 de la mañana generando pánico y daños a edificaciones como iglesias, edificios y viviendas en los barrios Las Cruces, San Bernardo, Santa Inés, Liévano (actual Parque Tercer Milenio) y Chapinero, así se lee en la página web del Servicio Geológico Colombiano.

Allí, también se expone que “las catedrales de Monserrate, la iglesia de San Francisco, la de Santa Bárbara, La Concepción, Las Nieves, La Candelaria y la de Lourdes en Chapinero”, vieron caer parte sus fachadas.

Igualmente, sufrieron daños: “el Capitolio, el Palacio de Nariño, los hospitales San Juan de Dios y la Misericordia, así como las estaciones de tren del sur de la ciudad”.

Se registró 6 fallecidos bajo los escombros de la iglesia de Lourdes y hubo gran cantidad de heridos que se derivaron de los colapsos de edificaciones y por el pánico registrado.

Profecía del padre Francisco Margallo

Cabe destacar que este terremoto, generó gran terror entre los capitalinos, debido a que en 1827, el Padre Francisco Margallo lanzó una profecía en la que aseguraba que: “El 31 de agosto de un año que no diré, sucesivos terremotos destruirán Santa Fe”, esto como consecuencia de que la Capilla del Sagrario fue profanada.

Por varios días, esta también considerada “maldición” generó pavor, pues se creía que el día de la destrucción había llegado, por lo que muchos en las calles se arrodillaron a hacer plegarias a San Emigdio, patrón de los terremotos, para que cesaran estos movimientos telúricos.

Muchas familias adineradas se fueron por varios días a sus casas finca de descanso para evitar ser víctimas de posibles replicas e incluso hubo quienes se fueron a vivir a la sabana de Bogotá para alejarse de esta profecía.

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