¿Sabías que hay un lugar más mortal que Chernóbil y 10 veces más radioactivo?
- 35 años después de Chernóbil: La lucha continúa
- EE. UU. confirma retirada de tropas rusas de Chernóbil pero descarta radiación
Desde que se lanzó la miniserie Chernóbil, miles de personas supieron un poco más sobre el accidente nuclear más terrible que ha ocurrido en el planeta, específicamente en Ucrania: una explosión radioactiva 500 veces más fuerte que la bomba de Hiroshima.
Dicho accidente nuclear, considerado como una de las mayores catástrofes provocadas por el ser humano, afectó directamente a la ciudad de Prípiat, un lugar que, según expertos, no podrá volver a ser habitado en 300.000 años, debido a su permanente radioactividad.
Sin embargo, lo que pocos saben es que hay un lugar en el planeta que es 10 veces más radioactivo, más peligroso y, también, por la mano del hombre.
El culpable, en el Pacífico
La bomba “Cactus” explotó en 1958, como parte de los ensayos nucleares de Estados Unidos y aunque fue relativamente pequeña, su legado es una gran carga para las Islas Marshall, ya que su cráter se llenó de desechos nucleares y se cubrió con una cúpula que empieza ahora a deteriorarse.
Y es que entre 1946 y 1996, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña efectuaron cientos de ensayos nucleares en las islas del Pacífico.
Los estadounidenses realizaron más de 100 ensayos, 67 de ellos entre 1946 y 1958 en los atolones de Bikini y de Enewetak, en las Marshall, a medio camino entre Australia y Hawái.
Dos décadas después de la explosión de “Cactus” en la isla de Runit, el ejército estadounidense derramó en su cráter los desechos contaminados de decenas de otros ensayos. Todo fue recubierto en 1979 con una gran cúpula circular de cemento de 115 metros de diámetro y 45 centímetros de espesor.
Esta solución de almacenamiento debía ser temporal. Y por razones de costos, el fondo del cráter no fue aislado con una capa de cemento, de ahí los temores a fugas radiactivas.
“Monstruosidad”
Después de cuatro décadas de exposición a las fuerzas de la naturaleza, aparecieron igualmente grietas en la cúpula. La estructura está además amenazada por la subida del nivel del mar causada por el cambio climático y se ignora cuál puede ser su resistencia en caso de un fuerte tifón.
Jack Ading, representante de la zona en el Parlamento de las Marshall, habla de la cúpula situada en un paisaje paradisíaco como “una monstruosidad”.
“Está llena de contaminantes radiactivos como plutonio-239, una de las sustancia más tóxicas conocidas por el hombre“, denunció.
“El sarcófago tiene fugas de veneno en el entorno inmediato. Lo peor es que nos dicen que no nos preocupemos por las fugas ya que los niveles de radiactividad en el exterior de la cúpula son al menos tan elevados como en el interior”, añade.
Esta cúpula se convirtió en símbolo de la pesada herencia dejada por el programa de ensayos nucleares estadounidenses.
Muchos habitantes fueron obligados a evacuar sus tierras, y miles de otros fueron afectados por la radiactividad. La población de Enewetak, también evacuada, no pudo volver hasta 1980. Unas 800 personas viven hoy en el extremo sur del atolón, a una veintena de kilómetros de Runit.
“Nuestro sarcófago”
Jack Ading, representante de la zona en el Parlamento del archipiélago, oficialmente independiente desde 1990, dijo que reza para que la cúpula de Runit no sea finalmente “nuestro sarcófago”.
Sin embargo, las consecuencias de las fallas estructurales de la cúpula son inciertas.
En 2013, una inspección estadounidense insinuó que las consecuencias radiactivas en los sedimentos eran ya tan altos que una ruptura de la cúpula no implicaría necesariamente un aumento de la exposición a las radiaciones.
*Con información de AFP