Hincha serbio delincuente en su país

Ivan Bogdanov es el nombre del serbio que opacó el resultado deportivo del encuentro entre Italia y Serbia por las eliminatorias a la Eurocopa… No sólo lideró los desórdenes que se presentaron en Génova, sino que su prontuario es digno de los archivos más complejos de la Interpol…

Bognadov, de 30 años, es acusado entre otros delitos de tráfico de drogas y agresión a autoridades serbias… Pero lo más grave es que lidera la barra Tigres de Arkán, creada en honor al grupo paramilitar más sangriento en la guerra de los Balcanes…

 El mundo  del fútbol se horrorizo al ver estas imágenes, cerca de 400  ultras serbios   apoderados de una tribuna del estadio Luigi Ferraris de Génova antes del juego frente al cuadro italiano. Ellos habían prometido que el encuentro no se disputaría y en efecto el partido solo  duro 6 minutos…

La turba estaba guidada por este hombre con pasamontañas y camiseta negra.. Los videos permitieron identificarlo era Iván Bogdanov, detenido horas después por la policía italiana.. Él, es  una suerte de héroe nacional para los hinchas del Estrella Roja de Belgrado,.

La detención de este hombre de 30 años hubiera pasado inadvertida, si no se  conoce su origen, es un  caudillo político-futbolístico, líder de la barra los Tigres de Arkan, llamada así en honor al grupo paramilitar que guió el criminal de guerra Zleijo Ranjatovic, durante el sangriento conflicto de los Balcanes…

Este grupo fue formado en 1990 por hinchas del Estrella roja y el Partizan los dos equipos más populares de la hasta entonces capital serbia Belgrado, el fútbol se convirtió en el polvorín perfecto para exacerbar los ánimos nacionalistas,  en contra de lo todo lo que no fuera serbio y habitara en esas tierras.  Controlar la pasión y el poder los hinchas se convirtió en una misión de políticos y militares.

Tanto que Arkan como era conocido el popular paramilitar serbio,  tenía una guardia personal conformada exclusivamente por seguidores del estrella roja, hinchada de la que hoy es líder Bogdanov,  quien tiene varias acusaciones judiciales en su país entre las que se encuentra el tráfico de drogas.

A pesar de todo esto pudo llegar hasta Génova  para convertirse en el símbolo del terror en una tribuna,  pero sobre de un coctel muy peligroso que en Europa es común y poco controlando fútbol, nacionalismo y política.