Video | Giro inesperado en caso de Lyan Hortúa: familiar fue asesinado tras liberación
“Petro en ningún momento se comunicó con mi hermana”: además, se reveló que la familia tuvo que pagar para liberar al menor. ¿Cuánto fue?
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La pesadilla para la familia de Lyan Hortúa duró 18 días desde que el menor de 11 años fue secuestrado en Jamundí, Valle del Cauca, por hombres armados que irrumpieron en su casa la noche del sábado 3 de mayo. Lo que vino después fue una cadena de decisiones desesperadas, negociaciones silenciosas, endeudamiento y un sentimiento profundo de abandono por parte del Estado colombiano.
Ante la ausencia institucional, la familia optó por pagar un rescate para asegurar la liberación del menor.
“Sí, tuvimos que pagar un rescate”, dijo Sebastián Bonilla, tío de Lyan.
Aunque no se reveló el monto exacto por razones de seguridad, se habla de que podría ascender a 4 mil millones de pesos y la operación habría sido llevada a cabo sin participación de las autoridades.
Un familiar cercano habría sido el encargado de negociar directamente con los secuestradores y entregar el dinero.
“Nos dejaron endeudados, pero lo importante era la vida del niño”, añadió Bonilla.
Familiar de Lyan Hortúa fue asesinado tras su liberación
Cuando la familia de Lyan comenzaba a respirar aliviada tras el fin del secuestro, la violencia volvió a golpear; pasaron tan solo horas después de que el niño regresara a casa, para que un hecho trágico tocara a su puerta. Un hombre identificado como Antonio, primo del padrastro de Hortúa, fue asesinado a tiros en el barrio Bretaña, en el sur de Cali.
De acuerdo con fuentes cercanas al caso, Antonio habría sido la persona que transportó el dinero exigido para liberar al menor. El crimen, ocurrido poco después de cumplida la liberación, se investiga como un posible acto de represalia.
“La muerte no puede hacerse costumbre. Antonio caminó conmigo exigiendo la liberación del menor. Este es un acto cruel que no puede quedar impune”, dijo Gerardo Mendoza, personero de Cali.
¿Indiferencia por parte del Estado? Esto dijo familia de Lyan
Desde el primer momento, la familia sintió que el Gobierno les dio la espalda. Ni la Policía llegó a tiempo tras el secuestro, ni el presidente Gustavo Petro se pronunció durante el proceso.
“Petro en ningún momento se comunicó con mi hermana, no se apropió del tema, solo publicó un trino 18 días después, cuando ya para qué”, expresó el tío del menor.
Por otro lado, el padrastro del Lyan, Jorsuar Suárez, también criticó la actitud del Estado.
“El día del secuestro fue una noche oscura, que no se la deseo a nadie porque fue muy duro para nosotros como familia. No hubo solidaridad ni siquiera de la Policía, después del secuestro jamás llegó nadie”, relató. “Nos duele también la presencia que no tuvo el presidente, sino hasta después de 18 días”.
También confesó que al ver a Lyan nuevamente, lo único que pudo hacer fue pedirle perdón; “Me duele que yo como padre no hubiera estado ahí para poder evitar todo esto”.
La familia, además, denunció que un funcionario estatal, cuya identidad no fue revelada, llegó a calificar como “razonable” la cifra exigida por los secuestradores.
La madre de Lyan sufrió crisis de ansiedad tan severas que tuvo que ser hospitalizada en varias ocasiones.
“Mi hermanita fue hospitalizada varias veces por ataques de pánico, ansiedad y estrés”, explicó Bonilla.
Por su parte, la defensora del Pueblo, Iris Marín, confirmó que su entidad nunca fue informada del pago.
“Nosotros no participamos en mediaciones de este estilo. La familia no nos comentó sobre el pago”, dijo.
También aclaró que la Defensoría solo tuvo un rol humanitario, y que incluso se les indicó que la liberación habría sido “un gesto de paz” de parte de las disidencias de las Farc. Esa versión es rechazada por la familia, que no duda en señalar a las disidencias del frente Jaime Martínez como responsables del secuestro, basados en el modo de operar del grupo y la zona donde ocurrieron los hechos.
Hoy, con Lyan nuevamente en casa, sus familiares piden respeto por su privacidad y tiempo para recuperarse. No descartan dejar el país ante el temor de nuevos hechos violentos.
“Soy un comerciante que lleva más de 12 años trabajando en nuestra propia empresa de manera legal, no tengo inconvenientes ni involucro a gente que no tenga que ver con el comercio, siempre he sido una persona de bien”, aseguró el padrastro del pequeño.