La violencia está desbordada en la frontera con Venezuela
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La violencia en la frontera colombo-venezolana está desbordada; según organizaciones de derechos humanos, doce grupos armados, incluidos los carteles mexicanos, controlan Norte de Santander, los cultivos de hoja de coca se han disparado a más de 40 mil hectáreas, pues solo en el municipio de Tibú se concentra el 50%.
Este 2022 inició en la frontera colombo-venezolana; inició con una guerra de grupos armados, esta vez se hizo más evidente el aumento de la violencia “prácticamente, estos cuatro años, la frontera colombo- venezolana fue entregada a la criminalidad, 12 grupos armados, incluidos los carteles mexicanos, la controlan” así lo denuncia el director de la Fundación Progresar con sede en Cúcuta, Wilfredo Cañizares.
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Desde La Guajira hasta el Vichada, pasando por Arauca, se vive la mayor, una de las mayores concentraciones armadas entre grupos legales e ilegales.
Justamente en Arauca se ha disparado el desplazamiento y el confinamiento.
El personero de Tame, Juan Carlos Villate, se refirió a la difícil situación que se vive en la región tras el secuestro de once personas “hemos advertido del recrudecimiento del conflicto armado en Tame, especialmente del desplazamiento masivo y el confinamiento, hoy tenemos cuatro veredas totalmente confinadas, más de 20 familias desplazadas y una comunidad indígena en riesgo”.
Pese a que el proceso electoral había traído una tregua en las acciones violentas en Arauca, hoy se vive otra realidad.
Las cifras del lado colombiano de la frontera solo del año 2021 hablan por sí solas.
5625 personas víctimas de desplazamiento forzado, 1.007 homicidios del lado venezolano; las cifras del primer trimestre de 2022, confirman 70 enfrentamientos que dejaron 103 personas.
Sin embargo, el indicativo más preocupante y que es el principal combustible de la nueva guerra es el incremento de los cultivos de hoja de coca.
En Norte de Santander, ya son 40. 083 hectáreas sembradas, solo en el municipio de Tibú se concentran 19.333.
Pese a su gran militarización, Tibú fue el escenario de una imagen que hace muchos años no se vivía: el patrullaje de las disidencias.
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Según el director de la fundación Progresar, hay presencia de actores armados en 30 municipios de Norte de Santander, “prácticamente, Tibú está en manos del frente 33 de las disidencias de las Farc”, denuncia Cañizares.
Una situación similar se vive en Cúcuta, donde hay un fuerte enfrentamiento entre el ELN, las disidencias y el Clan del Golfo, es un desastre humanitario lo que hoy se vive en la frontera, según estos analistas este panorama de violencia que hoy vive la frontera venezolana se convierte en uno de los principales retos del nuevo gobierno de Gustavo Petro.