Ñapa dos | El elefante blanco de los lunes. Las piscinas olímpicas que terminaron muertas en el abandono
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El elefante blanco de todos los lunes. Se trata de una obra proyectada para preparar competidores olímpicos, pero que terminó ahogada en el completo abandono.
Esta es la historia: hablo del Centro Deportivo Acuático de Piedecuesta, en Santander; sería un complejo de piscinas construidas como consecuencia de las grandes victorias obtenidas por los medallistas paralímpicos en los Juegos de Río de Janeiro en 2016.
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En noviembre de 2017, se firmó el convenio entre Coldeportes (hoy Ministerio del Deporte), la Gobernación de Santander y la Alcaldía de Piedecuesta. El contrato fue otorgado al Consorcio OMC Olímpico Santander. Se comprometieron vigencias futuras hasta 2020; se tuvo un presupuesto de once mil millones de pesos en su primera fase; tendría una piscina olímpica de 1250 metros cuadrados, con una profundidad de 2,50 metros; un foso de clavados, una piscina de calentamiento, graderías, salón de conferencias y parqueaderos. La segunda fase, por seis mil millones de pesos, incluiría la adecuación de gimnasios, camerinos y hasta una sala de prensa.
Cuando se adjudicó, se descubrió que no tenía redes eléctricas ni alcantarillado; el predio escogido llevaba dos décadas abandonado. Coldeportes nunca asignó interventor para la obra. Su estado actual: pocetas llenas de maleza.
Les preguntamos a todos, en el Gobierno de entonces y en el de ahora, ¿qué pasó con la platica? La misma conclusión de nuestras denuncias de todos los lunes: ¡voló, voló y voló!