Dos | La profunda división con la cual el Clan del Golfo inicia diálogos con el Gobierno

En dos sectores se encuentra dividido el llamado Ejército Gaitanista de Colombia, más conocido como Clan del Golfo.

Según se pudo conocer, los dos bloques enfrentados en esta organización son uno encabezado por el jefe máximo de esta organización, Jobanis de Jesús Ávila, alias «Comandante Javier» o «Chiquito Malo». El otro lo dirige José Gonzalo Sánchez, alias «Gonzalito», quien es mando en el Bloque Roberto Vargas Gutiérrez, que opera en el Bajo Cauca antioqueño y hoy se conoce con el alias de «Willington».

La causa de esta división es la suerte de Dairo Antonio Úsuga, alias «Otoniel», extraditado a Estados Unidos y condenado a 45 años de cárcel por narcotráfico en ese país. Desde el momento mismo de la captura empezó la división; según el organigrama de este grupo armado, quien debería haber asumido la jefatura era alias «Gonzalito», quien entonces era el segundo al mando; sin embargo, Chiquito Malo logró imponerse y asumir la jefatura máxima; desde entonces, se ha iniciado una persecución contra todo lo que conduzca a Otoniel: varios familiares del exjefe criminal han sido asesinados y los más cercanos tuvieron que huir a otros países. Esta persecución contra Otoniel consolidó los dos sectores.

A alias «Chiquito Malo» se han sumado alias «Rodrigo Flechas», que opera en el norte del Chocó y prácticamente maneja la chequera del grupo, y Jerónimo, el vocero político de la agrupación, quien según pudimos averiguar, no es reconocido como figura política dentro de la organización.

En el otro bando, al lado de Gonzalito está alias «Julián» o «Chirimoya», que opera en el sur de Bolívar y en Nechí (Antioquia); tiene bajo su poder las minas de oro. Este sector quiere que Otoniel pueda ser nombrado como vocero de la mesa de diálogos.

En el medio, y hasta ahora en una posición neutral, está Elkin Casarrubia, alias «Joaquín» o «el Cura», jefe del Bloque Pacífico. Reemplazó a Siopas, quien era el segundo al mando de la organización y fue asesinado por orden de Chiquito Malo.

Fueron expedidas dos resoluciones en las que se reconoce a seis voceros de esta organización y se les levantan las órdenes de captura para adelantar diálogos sociojurídicos con el Gobierno.

Un nuevo actor entró en protagonismo: se trata de Oliverio Isaza, uno de los hijos del terrorífico exjefe de las AUC, Ramón Isaza, más conocido con el alias de «Terror». Busca que estos dos sectores se encuentren próximamente en un sector del Magdalena Medio y puedan tratar de encontrar una posición unánime para determinar qué negociar con el Gobierno.

Esto es algo que para los analistas consultados por CM& se ve imposible, si no se pone en la mesa de juego a alias «Otoniel», a quien sus seguidores creen que se dejó abandonado a su suerte y a quien sus contradictores simplemente dijeron «A rey muerto, rey puesto».

Así está la situación de este grupo, integrado por cerca de dieciséis mil hombres armados, en los cuales hay cerca de mil hombres y mujeres en la parte político-social en aproximadamente el 70 % del territorio nacional.

Se inician conversaciones con el Gobierno de Gustavo Petro.