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¡Qué tal Esto!

Estudiantes dejaron sus instalaciones para que las demolieran y llegaron a otro que se está cayendo

A los estudiantes de un colegio de Soacha, al sur de Bogotá, les pareció chévere que demolieran la parte más vieja de su colegio para hacerla de nuevo. Pero ya las normas urbanas no permiten la nueva construcción y les tocó moverse a otro, que también había sido desalojado por presentar peligro para los estudiantes. Qué Tal Esto.

Estudiantes dejaron sus instalaciones para que las demolieran y llegaron a otro que se está cayendo

En un terreno de El Charquito, un corregimiento del municipio de Soacha, funcionaba desde hace más de 50 años la institución educativa Eugenio Díaz Castro, pero de ese colegio solo quedan algunas fotos porque lo demolieron.

María Eugenia Rojas, habitante de El Charquito afirmó que “iban a remodelar el colegio, que iban a hacer un colegio nuevo, un colegio de tres pisos y es la hora de que nosotros no tenemos nada”.
Otra habitante de la zona, Yolanda Morales, dijo que todos habían caído en el “engaño y en la trampita”.

Han pasado siete meses desde que el colegio dejó de existir, ahora su lugar lo ocupa una nueva zona de conservación, en el que es ilegal construir.

Según Morales “de este colegio depende todo el corregimiento, el colegio se demolió sin los estudios previos medio ambientales, sin la socialización con las personas, sin la socialización de la comunidad educativa”.

Los más afectados son los estudiantes quienes según la comunidad están estudiando en otra sede cerrado por riesgo y que la alcaldía reabrió.

Los estudiantes ocupan los salones según un sistema de pico y placa. Ahora por el paro la situación no se ve tan crítica porque son pocos los que asisten a las clases, pero en una jornada normal pueden asistir más de 700 alumnos.

Los habitantes de El Charquito piden su colegio porque es el único que puede atender a la población rural del municipio.

El Secretario de Educación de Soacha, Hernán Castellanos, dice que el proyecto tiene unos problemas que solo se evidenciaron cuando demolieron el colegio. “En virtud del plan de ordenamiento territorial la zona donde estaba ubicada esta construcción es una zona de conservación ecológica, de conservación ambiental”, afirmó el Secretario.

7.500 millones de pesos están destinados para la construcción del mega-colegio que todavía no tiene una fecha fija para iniciar su obra.

Y admite la incomodidad de los estudiantes, pero pide paciencia por parte de la comunidad.

Castellanos dice que “hay una situación de incomodidad que se presenta para la comunidad a la cual le hemos manifestado nuestra intención de que esto se solucione con la mayor celeridad posible”.

Por ahora el paro de maestros parece ser la tabla de salvación para la comunidad estudiantil, pero cuando este se levante la incomodidad seguirá porque del colegio solo está la plata y la voluntad de hacerlo.

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