Ascensor del aeropuerto de Santa Marta se vino al suelo con pasajera adentro
Una pasajera cayó desde de segundo piso del aeropuerto de Santa Marta dentro de su ascensor. El concesionario que inicialmente creyó que los gastos médicos debían ser cubiertos por la EPS, asumió pagarlos, luego de que Noticias Uno y la superintendencia le preguntaran por qué.
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Hace dos semanas, la procuradora judicial de Santa Marta, María Teresa Duque, planeaba pasar el fin de semana con su familia en Bogotá. Pasabordo en mano, llamó a su esposo para decirle que iba para la sala de espera y cortó la llamada para tomar el ascensor.
El esposo de María afirmó que “al llegar al segundo piso, el ascensor trató de abrir la puerta, la cerró inmediatamente y se descolgó”.
Tirada en el piso del ascensor, María Teresa intentaba obturar los botones de emergencia, pero se dio cuenta que le sería imposible volver a levantarse. En medio del dolor y la angustia del encierro volvió a llamar a Juan Carlos.
“producto de ese accidente sufrió fractura con minuta, los talones los tiene vueltos muchos pedacitos, de ambos talones, también los tobillos los tiene fracturados”, afirmó el esposo.
Sanidad y los bomberos del aeropuerto Simón Bolívar, pudieron abrir la puerta, rescatarla y trasladarla a un hospital de Santa Marta.
Andrés Figueredo afirma que “sanidad aeroportuaria tuvo una reacción inicial y de ahí en adelante ha venido sufragando los gastos para la atención que ha permitido estabilizarla”.
Pero una semana después, el hospital en el que había sido internada, no hizo ningún procedimiento quirúrgico, ni admitió que las intervenciones que demandaban los pies de la procuradora superaban su capacidad… Ella y él resolvieron viajar a Bogotá, en busca de mejor atención.
Según entendió la familia de las explicaciones que le dieron al salir de Santa Marta, el aeropuerto se descargaba en la empresa concesionaria, ésta en el constructor y éste en el fabricante de instalador del ascensor.
La Agencia Nacional de Infraestructura conoció el caso la semana pasada y la sorprendió la actitud de su concesionario. “No podemos permitir que una afectada entre en un pimponeo entre concesionario, subcontratista, proveedor…” afirmó el funcionario de la ANI.
Además de ‘pimponear’ entre el aeropuerto, su dueño, los contratistas, los subcontratistas, los proveedores de ellos y sus obreros, la familia Carbonell recibió la noticia de que el diagnóstico hecho en Santa Marta estaba incompleto.
Y la falta de atención a sus heridas en los pies había complicado más la situación.
Con el compromiso económico de la familia, estuvo desde entonces en el quirófano, sometida a tres intervenciones reconstructivas: de sus tobillos, los talones y la columna vertebral.
“Va a quedar con secuelas, quizás cojera, dificultades en el desplazamiento, porque es una fractura muy desplazada”, dijo Juan Carlos