El voto independiente les plantó cara a las maquinarias: así quedó el panorama electoral en Colombia
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El país amaneció hoy con una sensación de satisfacción por la realización de unos nuevos comicios regionales que se realizaron sin contratiempo y demostraron que, pese a sus imperfecciones, la colombiana es una democracia que funciona.
Excepto algunas escaramuzas y hechos de orden público aislados, 21 millones 200 mil colombianos, de los 36 millones 600 mil habilitados para votar, acudieron a las urnas a sufragar por los candidatos de sus preferencias a gobernaciones, alcaldías, asambleas, concejos y juntas administradoras locales.
Las elecciones de este domingo no dejan de ser paradójicas y muestran en Colombia una especie de democracia bipolar, reflejada en el cada vez mayor espacio que gana el voto independiente pero, al mismo tiempo, en la consolidación de unos clanes políticos familiares y partidistas que se muestran como amos y señores de sus regiones.
El voto independiente, considerado libre y de protesta se impuso en Bogotá con Claudia López, en lo que se constituye en un verdadero hito histórico por ser la primera mujer alcaldesa elegida en la capital de la República, mediante voto popular.
Pero ese voto también fue el protagonista en Medellín donde, contra todo pronóstico, con una amplia votación ganó la alcaldía el joven ingeniero Daniel Quintero, nada más y nada menos que contra el exsenador Alfredo Ramos Maya, pupilo del expresidente Álvaro Uribe Vélez, uno de los mayores derrotados en estos comicios regionales, lo mismo que su partido, el Centro Democrático, el Partido del presidente Iván Duque.
Otra sorpresa mayúscula la entregó Cartagena en donde un veedor ciudadano contra la corrupción, William Dau Chamat, le ganó al favorito exconcejal Willam García, quien contaba con el apoyo de todos los partidos tradicionales y los clanes más poderosos de La Heroica.
Igual situación ocurrió en Cúcuta, con el triunfo del candidato del Partido Verde Jairo Tomás Yáñez Rodríguez y en Villavicencvio, donde nadie daba un peso por el triunfo del joven concejal de izquierda Juan Felipe Harmán Ortiz.
Pero así como los sectores alternativos ganaron espacio, estas elecciones también consolidaron a algunos grupos políticos que son amos y señores en sus regiones. La poderosa Casa Char, Con Elsa Noguera y Jaime Pumajero se quedaron con la gobernación del Atlántico y la alcaldía de Barraquilla, respectivamente.
En el Cesar ganó la gobernación y al alcaldía de Valledupar la familia Gnecco, con Luis Monsalvo, quien ya fue gobernador, y el Mello Castro. Y así ocurrió también en Santander con el triunfo del exsenador Mauricio Aguilar, hermano del senador Richard y herederos ambos del condenado por parapolítica coronel y exgobenrador Hugo Aguilar.