Luto en la literatura colombiana: falleció el poeta Juan Gustavo Cobo Borda

Luto en la literatura colombiana por la partida del poeta, ensayista, gestor cultural y amante de los libros Juan Gustavo Cobo Borda, quien falleció esta tarde en Bogotá.

Cobo Borda descubrió e impulsó muchos textos de autores colombianos, entre los que se destacan “viva la música” de Andrés Caicedo, gran amigo de García Márquez, de Borges y de Germán Arciniegas.

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Manuel Flórez va a morir
eso es moneda corriente
morir es una costumbre
que tiene la gente corriente…

El texto forma parte de un poema que dicen sus amigos le escribo a Juan Gustavo el mismísimo Jorge Luis Borges.

“Cuando muere un poeta se achica el mundo” dice Patricia Ariza, ministra de cultura, artes y saberes y una de sus mejores amigas.

En el 67 Cobo Borda apreció con un grupo de poetas que se autodenominó “la generación sin nombre”, eran escritores nacidos entre 1940 y 1950, los unía no como a los nadaístas, un manifiesto sino su aguda conciencia por el trabajo literario.

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“Cada que se muere un poeta sobreviven sus palabras. Juan Gustavo era un gocetas de la vida, de la resistencia, de la protesta y del consuelo” asegura Alejandro Gaviria, ministro de educación.

Cobo Borda se entregó sin condiciones al oficio de leer y escribir. Autor de más de quince libros de poesía y de más de un centenar de volúmenes de ensayo, artículos y antologías.

En su lectura converge la reflexión, la crítica y la difusión de la historia literaria, escribe Federico Días Granados en esta exposición que justamente se le rinde en la biblioteca nacional, su segundo hogar después de su biblioteca.

“La biblioteca nacional era su casa y sigue siendo su casa” manifiesta sandra ángulo, directora encargada de la biblioteca nacional.

Dicen sus amigos que asomarse a la vida de cobo borda es conocer desde sus libros y archivos a un testigo, cronista de lo que somos como nación.

Para el expresidente Ernesto Samper, Cobo Borda era “uno de los poetas vivos más importantes no solo de Colombia, sino de América Latina”.

De su primer libro, consejos para vivir aún resuenan sus palabras:

Rumor de agua desnuda oigo tu cuerpo que fluye
en la madrugada converso contigo
te deseo
dialogó con la lluvia
humedad del jardín
oquedad en penumbra
eres leve y ondulas
plenitud de la caricia
te llenas de ti misma
aroma de musgo
tu piel me cubre
repliegue infinito de dunas
fragancia de selva escondida
toda palabra resulta inútil
lengua incoherente tumulto de sonidos
en silencio mi boca te modula
pudorosos impúdicos
este balbuceo que nada significa
salvo
el goce más pueril
o la gravedad
de quien permanece absorta en su delirio
gota de agua
en medio de cardos y eriales
tú eres la semilla
nada he dicho
me respondes muda
es de nuevo el paraíso
responsabilidad por tanto júbilo
edificamos lo proverbios de la risa
tus pies tienen frío
infinita la cintura
me sostiene en la cima
te recibo inmóvil
al borde del precipicio
impalpable ya
permaneces tranquila
es este el lugar de la dicha.