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El Candida auris es un hongo patógeno eme rgente que ha suscitado una creciente preocupación en el ámbito médico debido a su resistencia a múltiples tratamientos antifúngicos. Identificado por primera vez en Japón en 2009, este hongo ha sido reportado en numerosos países y se ha convertido en un gran desafío para la salud pública.

De igual forma, el Candida auris se distingue por su capacidad para resistir a varios antifúngicos comunes, lo que complica su tratamiento y manejo. Su resistencia hace que sea difícil erradicarlo una vez que infecta a un paciente, especialmente en entornos hospitalarios donde se encuentra con mayor frecuencia. El hongo se transmite principalmente a través del contacto con superficies y equipos médicos contaminados, así como mediante el contacto directo con fluidos corporales de personas infectadas.

Las infecciones por Candida auris pueden presentar una variedad de síntomas dependiendo de la ubicación de la infección, que puede ir desde fiebre y escalofríos hasta casos más graves como sepsis. El diagnóstico suele realizarse mediante cultivos de sangre, orina o tejidos infectados, y es crucial para determinar el tratamiento adecuado. Dado que este hongo puede resistir varios tipos de antifúngicos, los profesionales de la salud deben utilizar pruebas específicas para identificar el Candida auris y ajustar el tratamiento en consecuencia.

Los individuos con sistemas inmunitarios comprometidos, como aquellos con cáncer, diabetes, o que están bajo tratamientos inmunosupresores, están en mayor riesgo de contraer Candida auris. También se encuentran en riesgo aquellos que han estado en unidades de cuidados intensivos o que han recibido tratamientos médicos invasivos. La prevención de infecciones se centra en mantener estrictas prácticas de higiene y desinfección en entornos hospitalarios, así como en el uso adecuado de equipos médicos y la aplicación de medidas de aislamiento para evitar la propagación del hongo.

Si se sospecha una infección por Candida auris, es fundamental buscar atención médica inmediata. Los profesionales de la salud están capacitados para administrar antifúngicos específicos y proporcionar el tratamiento adecuado para controlar la infección y prevenir su expansión. La conciencia y la preparación son esenciales para enfrentar el Candida auris y proteger a las poblaciones vulnerables de sus efectos graves.