Un año después del crimen de Yuliana aún quedan cabos sueltos
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El país se estremeció hace un año cuando conoció el aberrante asesinato de Yuliana Samboni, una niña de 7 años, proveniente de una familia desplazada por la violencia y que vivía en una humilde casa, con una habitación, tejas de zinc y puerta de manera, en el centro de Bogotá.
El asesino, un arquitecto de una familia prestante de la capital del país, Rafael Uribe Noguera, la raptó en una camioneta Nissan y se la llevó de manera violenta a una de sus propiedades, el edificio Equs 66, donde la violó, la torturó y la asesinó.
Los investigadores encontraron el cuerpo de la niña escondido en el cuarto de máquinas, al lado de un lujoso jacuzzi del apartamento de Uribe Noguera. La ropa de Yuliana estaba oculta en el tanque de uno de los sanitarios del apartamento.
Una vez ocurrido el crimen y luego de las investigaciones de Medicina Legal que arrojaron con contundencia que Uribe Noguera era el responsable del crimen, en abril de 2017, fue condenado en primera instancia a 51 años de cárcel, así como el pago de 100 salarios mínimos de multa.
Las autoridades le imputaron los delitos de femicidio agravado, secuestro simple y acceso carnal. Sin embargo, ante la indignación general, el Tribunal Superior de Bogotá resolvió la apelación a la condena y Uribe Noguera fue condenado a 58 años de cárcel y al pago de 1.600l salarios mínimos.
Cabe recordar, que por medio de una carta, el arquitecto pidió perdón y lamentó “profundamente la muerte de Yuliana y lo que ella representa, el sufrimiento grande de la familia Samboni y les expreso mi más grande anhelo de que nada parecido se repita nunca”.
“Mi verdadero y único deseo en estos momentos es que la juventud y todas las personas sean conscientes del flagelo que causan las drogas y el alcohol en la sociedad, en las personas, y en su alma. El peor error de mi vida fue entrar en ese infierno en la tierra y no haber logrado salir de él”, añadió.
Cabos sueltos
Los hermanos del confeso asesino, Francisco y Catalina Uribe Noguera continúan con un proceso judicial por ocultamiento de pruebas, ante las conversaciones telefónicas, los mensajes de WhatsApp, la inspección forense en el lugar de los hechos y las bitácoras de vigilancia del edificio.
Los próximos 14 y 15 de diciembre, los hermanos Uribe Noguera volverán a los estrados judiciales, donde la Fiscalía recibirá las pruebas que tiene la defensa de los hermanos, de las que hacen parte más de 40 testigos y abundante material probatorio del proceso.
En las diligencias, la Fiscalía recibirá las pruebas que tiene la defensa de los hermanos Uribe Noguera por estos hechos, luego de anunciar que presentará más de 40 testigos y abundante material probatorio del proceso.
Otro de los interrogantes que rondan el caso, hace referencia al vigilante Fernando Merchán, quien se suicidó el pasado 9 de diciembre de 2016, pasados cinco días del crimen.
El guardia de seguridad que fue hallado en su casa, ubicada al sur de Bogotá, con una nota en la que pedía perdón y afirmada que era inocente.
La Fiscalía aun debe establecer si el vigilante fallecido participó de alguna manera en el hecho.
Hoy, un año después del fatídico día que conmovió a todos los colombianos, se adelantan marchas y eucaristías, tanto en Cauca de donde era oriunda la menor, así como en Bogotá donde ocurrió su asesinato.