La solución de Rappi para que sus ‘rappitenderos’ estén más contentos, organizados y ocupen menos espacio público

En ciudades como Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, se volvió común ver a los domiciliarios de la aplicación ‘Rappi’ agolpados en las esquinas, los parqueaderos, andenes y en general en donde puedan acomodarse para estar listos entre cada nuevo servicio. 

Esta situación se había tornado incómoda no solo para los mismos ‘rappitenderos’ sino para los dueños de los locales, transeúntes y conductores. Es por eso que la empresa decidió lanzar los Rappi Pit Stops, espacios adecuados para que los domiciliarios puedan estacionar sus bicis y motos, descansar, esperar pedidos, cargar la batería de los teléfonos o simplemente hidratarse. Además, un administrador estará a cargo de dar soporte a quienes hagan uso de él.

Inicialmente, se pondrán en funcionamiento 20 Rappi Pit Stops durante el 2019 en los lugares de Bogotá de mayor demanda de domicilios y servicios, en los barrios Rosales, Chicó, Chapinero y el Parque de la 93. Las estaciones tienen capacidad para hasta 50 personas y operarán desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche. 

Le puede interesar: Superindustria abre investigación a Rappi por cobrar sin entregar y por su popular sistema de rappicréditos

Uno de los reclamos más comunes de quienes prestan el servicio de Rappi es que la empresa no había tomado suficientes medidas para mejorar la calidad de vida de sus aliados, que están prácticamente moviéndose durante todo el día en las calles. Con estos puntos, Rappi busca demostrar su compromiso con la generación de impacto positivo en sus aliados y clientes, según explicó en un comunicado.

Algunas de las reglas de estos espacios son:

• No fumar
• No tomar bebidas alcohólicas
• No rayar mesas ni pegar chiclets debajo de estas
• Modular el tono de voz
• No llevar acompañantes que no hagan parte de la comunidad Soy Rappi

Se espera que estos espacios lleguen pronto a Cali, Medellín y Barranquilla.

Le puede interesar: Trabajadores de Rappi queman maletas y exigen mejores condiciones laborales