La mochila viajera de Alfredo Molano, la lupa investigativa de Daniel Coronell y los sonetos de Daniel Samper a Maluma fueron subastados en Bogotá

Efecto Bumerán

Los presidentes de Senado y Cámara, tal vez temerosos del qué dirán los sectores extremistas, ordenaron cerrarles las puertas del Capitolio a quienes pactaron con el Estado y no solo con el Gobierno, un acuerdo de paz. Por eso los dos congresistas fueron criticados.

“En cambio le abrieron las puertas a los jefes del paramilitarismo”, dijo Rafael Pardo, Alto Consejero para el Posconflicto.

De todas formas, la clausura del evento programado se realizó en la Plaza de Bolívar en donde hablaron funcionarios del Ejecutivo y algunos representantes de la guerrilla de tal modo que lo que iba a hacerse en recinto cerrado se vio multiplicado en el escenario público más importante del país.

Y en otro lugar de encuentro de ciudadanos, la Feria anual del Libro que se lleva a cabo en Bogotá a unas 40 cuadras de la plaza de Bolívar, uno de los voceros más destacados de las Farc en el acuerdo de paz, se paseaba pacíficamente por los pabellones.

No obstante que está pasadito de kilos, Calarcá disfrutaba con su esposa de un delicioso helado. Su presencia pasó totalmente inadvertida para el resto de visitantes de la feria: nadie corrió peligro, nadie se molestó.

Salvo por un discreto grupo de escoltas que lo seguía, Calarcá fue un colombiano más. De eso se trata un proceso de paz. Si no, ¿de qué?

“Don Berna”, invitado de piedra

Aunque el lento y en muchos casos fallido funcionamiento de la justicia colombiana es objeto de muchas críticas hace tiempo, un hecho insólito ocurrido durante una audiencia en un juzgado de Medellín, supera el promedio de las sorpresas desagradables de la rama.

El juez dijo que “estaba programada desde las 8:30 am esperando conexión virtual desde la cárcel de New York donde se encuentra Salvatore Mancuso convocado al proceso como testigo”.

Mancuso, quien se encuentra preso en una cárcel del Estado de Nueva York, había sido citado con varios meses de anticipación para que asistiera, vía satélite, a una audiencia dentro del proceso por los presuntos nexos de los socios del Fondo Ganadero de Córdoba con el paramilitarismo de esa región.

“Pues el día de hoy no se pudo hacer la conexión a pesar de que todas las entidades colombianas tenían programada la diligencia, pero a CEDOJ desde la cárcel de New York les informaron que no estaba programada ninguna audiencia”, esto dijo el juez después de cuatro otras de esperar a un funcionario del ministerio de Justicia que tiene la obligación de coordinar las conexiones vía satélite con la embajada de Estados Unidos en Bogotá y la prisión neoyorkina.

“Tras esperarlo durante toda la mañana, nunca apareció en su oficina”, agregó el juez.

El funcionario se llama Horacio Torres y depende de la oficina de asuntos internacionales de ese Ministerio. Pero eso no es nada: ni el juez, ni los abogados de los investigados, ni los propios procesados se dieron cuenta o, al menos no mencionaron el asunto, que sí había transmisión satelital y que, durante gran parte de la espera aparecía en pantalla alias don Berna en lugar de Mancuso.

“Debemos fijar nueva fecha”, indicó el funcionario.

Como si fuera invisible, la imagen de don Berna estuvo ahí, presente. Es más: según parece por su actitud, don Berna sí veía y oía lo que pasaba en el juzgado de Medellín. Con aspecto tranquilo y mucho más canoso que cuando fue extraditado, don Berna se ponía y quitaba las gafas y hasta tomaba nota. Pero nadie pareció reparar en él. El juez regañó al funcionario ausente pero no a quien confundió al testigo.
Es cierto que Mancuso y alias don Berna integraron el paramilitarismo macabro como jefes de varios bloques pero sus similitudes delictivas no dan como para confundirlos. ¡Qué vergüenza!

“Un traumatismo total para la administración de justicia”, puntualizó el juez.

Símbolos de libertad

La Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, importante organismo civil que protege la libre difusión de informaciones y opiniones de los periodistas colombianos, se inventó una original forma de reunir fondos y también de llamar la atención de los reporteros y de los medios de comunicación para fortalecer su estructura.

Pidieron a los periodistas más famosos que donaran objetos valiosos, no por lo que cuestan en dinero sino por lo que simbolizan en la democracia. Así subastaron dos sonetos de Daniel Samper Ospina en que este campeón de la ironía critica, con sorna, la condecoración que el gobernador de Antioquia le dio a Maluma.

Se subastó la lupa con que Daniel Coronell tuvo que leer la letra menuda de los primeros casos de corrupción que descubrió. La adquirió un joven periodista que sigue la línea de denuncia de Coronell.

También se ofreció una de las mochilas con que el legendario columnista e investigador Alfredo Molano, ha recorrido los vericuetos más escondidos del país.

El subdirector de Noticias Uno, Ignacio Gómez, ganó la partida y se quedó con la bolsa de Molano por $460 mil pesos. También se subastaron la máscara de gorila del medio burlesco Actualidad Panamericana; dos números de Alternativa, la histórica revista rebelde de los años 70; una foto del asesinado subdirector de la Patria, de Manizales, Orlando Sierra con el nobel Gabriel García Márquez; un afiche del caricaturista Vladdo y otros objetos, todos ligados al ejercicio del periodismo.

El objeto más disputado de la subasta fue la caricatura de Bacteria sobre el inolvidable Heriberto de la Calle, personaje ingeniado por Jaime Garzón. La puja concluyó con la oferta de la columnista de El Espectador Vivian Newman quien tuvo que estirar su bolsillo.

Aunque al final el dinero recolectado no fue muy significativo, el balance de la reunión en que se eligió nueva junta directiva y nuevo presidente, fue favorable a la Fundación de los periodistas y a su libertad de expresión.