Líderes del mundo rechazan “asalto a los poderes en Brasil”
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El pasado domingo Brasil vivió una jornada violenta, similar a lo ocurrido en Estados Unidos en el 2021, cuando Trump estaba próximo a salir del poder.
Miles de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de la Presidencia, Parlamento y la Corte Suprema.
“Así como se lanzaron miles de norteamericanos, del Partido Republicano, a tomarse el Congreso, para que el Congreso no pudiera darle la Presidencia a (Joe) Biden, así se lanzaron los de Bolsonaro”, comentó Daniel Ortega, presidente de Nicaragua.
En varios lugares del mundo, brasileros han protestado a favor de la democracia de su país; cabe resaltar que es Lula da Silva el actual mandatario y también razón por la que bolsonaristas están en las calles en contra de su victoria.
Ciudadanos brasileros en Argentina se manifiestan a favor del presidente Lula frente a la embajada de Brasil; realizaron un acto en apoyo de la democracia de ese país y el gobierno de Silva, tras el violento asalto del domingo.
De igual manera, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, rechazó lo sucedido y afirmó que “esto tiene que ver con la forma en que el fascismo se está reinstalando en el mundo”.
Miles se congregan en Brasil para repudiar ataques bolsonaristas a democracia
Miles de personas se congregaron este lunes en las principales ciudades del país para repudiar los ataques del domingo; desde varios rincones del país los manifestantes pidieron castigo para quienes participaron en los actos antidemocráticos y para el expresidente Jair Bolsonaro, a quien acusan de incitar las violentas acciones.
En los hechos, los radicales de la ultraderecha que no reconocen a Lula como mandatario de Brasil invadieron las sedes del Congreso, la Corte Suprema y el Palacio presidencial de Planalto, dejando un manto de destrucción a su paso.
Gigantescos carteles con las frases “¡El fascismo no vencerá!” “Sin amnistía para los golpistas”, “Brasil contra el terrorismo” y “Democracia en paz” inundaron las principales vías y plazas del país.
Convocadas por centrales sindicales y partidos de izquierda, las protestas se extendían por al menos once de los 27 estados del país.