Papa Francisco pide a sacerdotes “no escandalizarse con discusiones y controversias moralistas”
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El papa Francisco pidió a los sacerdotes “no escandalizarse ante las discusiones y controversias moralistas, leguleyas, clericales” cada vez que quieran hacer el bien, durante la misa Crismal con la que se abre el llamado Triduo pascual y con la que comienzan la Semana Santa.
A causa de la pandemia, el papa celebró esta misa en la catedral de San Pedro, un lugar más reducido que el altar central ya que estuvieron presentes sólo unas 300 personas, con tapabocas, y a las que tomaron la temperatura antes de entrar en la basílica.
Además de los cerca 40 cardenales presentes, también acudieron unos 75 sacerdotes, la mayoría de la diócesis de Roma.
En esta misa se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal por Jesucristo durante la Última Cena, está dedicada a la renovación de los votos de pobreza, castidad y obediencia.
Durante la misa los sacerdotes renovaron las promesas sacerdotales y Francisco también bendijo las tres ánforas de plata con los óleos de los catecúmenos, el de los enfermos y del crisma, que se utilizan durante el año para los bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos.
En su homilía, Francisco recordó a los sacerdotes que “el anuncio del Evangelio siempre está ligado al abrazo de alguna cruz concreta. La luz mansa de la Palabra genera claridad en los corazones bien dispuestos, y confusión y rechazo en los que no lo están”, dijo.
Añadió, “abrazarla con Jesús y como Él, “desde antes” de salir a predicar, nos permite discernir y rechazar el veneno del escándalo con que el demonio nos querrá envenenar cuando inesperadamente sobrevenga una cruz en nuestra vida”.
A los sacerdotes, Francisco recordó, “Nosotros no nos escandalizamos porque no se escandalizó Jesús al ver que su alegre anuncio de salvación a los pobres no resonaba puro, sino en medio de los gritos y amenazas de los que no querían oír su Palabra“.
En su homilía, el pontífice confesó que “en un momento muy oscuro” de su vida, pidió una gracia al Señor, para “que me liberara de una situación dura y difícil” y que una religiosa le dijo: “Seguro que el Señor le dará la gracia, pero no se equivoque: se la dará a su modo divino”.
“Esto me hizo mucho bien: sentir que el Señor nos da siempre lo que pedimos, pero lo hace a su modo divino. Este modo implica la cruz. No por masoquismo, sino por amor, por amor hasta el final”, concluyó.
Debido a la pandemia del coronavirus, el papa Francisco volverá, al igual que el año pasado, a oficiar la Semana Santa dentro de la basílica de San Pedro y con la presencia de pocos fieles.
El tradicional vía crucis no será en el Coliseo, sino, de nuevo, en una desierta plaza, informó la Santa Sede.