Papa Francisco reanuda su ambicioso proyecto para transformar el futuro de la Iglesia
En medio de las crecientes inquietudes sobre su salud, el Papa Francisco ha dado una señal de esperanza al aprobar, desde el hospital, el reinicio de un proyecto de reformas para el futuro de la Iglesia.
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A pesar de las complicaciones de salud que lo ha mantenido internado al papa Francisco desde el 14 de febrero por una bronquitis que derivó en neumonía bilateral, el pontífice de 88 años sigue trabajando para consolidar su legado.
Según el último parte médico divulgado por el Vaticano, el Papa Francisco sigue experimentando una “mejora gradual” en su salud, aunque todavía no se sabe cuándo será dado de alta del hospital Gemelli en Roma.
A pesar de la necesidad de continuar con su fisioterapia respiratoria y motora, y de usar una cánula nasal para respirar, el Pontífice ha seguido sus actividades diarias con oración y trabajo desde su apartamento en la décima planta de la clínica.
El martes 11 de marzo, aprobó el “proceso de acompañamiento” para la implementación del Sínodo “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”, que culminará en octubre de 2028 en Roma. Este es uno de los mayores proyectos reformistas del Papa, un esfuerzo que busca reformar la Iglesia a través de un proceso de participación global.
Desafíos y esperanzas para el futuro de la Iglesia
Durante la asamblea mundial de 2024, donde participaron religiosos y laicos de todo el mundo, se discutieron temas cruciales para el futuro de la Iglesia. Entre las propuestas, destacó la necesidad de reorganizar la formación de los curas, fomentar una mayor implicación de los laicos y reforzar la lucha contra la violencia sexual.
También se dejó abierta la discusión sobre temas tan sensibles como la ordenación de las mujeres como diaconisas y la acogida de los fieles LGTB, cuyas conclusiones se esperan para junio.
El cardenal Mario Grech, en una carta dirigida a los obispos de todo el mundo, anunció el inicio de la fase de implementación de estas recomendaciones. Además, el proceso será evaluado en 2027 antes de la asamblea final en 2028, lo que demuestra el compromiso del Papa con un cambio estructural en la Iglesia.
Mientras el Papa continúa con su tratamiento en el hospital, el proceso reformador que él mismo ha impulsado sigue adelante, con una mirada fija hacia el futuro de la Iglesia.
Nota realizada con información de AFP.