Ordenó matar a su madre porque la obligó a ir en silla de ruedas y fingir cáncer
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Gypsy Rose Blanchard, cuyo caso conmocionó a EE UU en 2015, acaba de cumplir 30 años de edad entre rejas.
La reconocida joven se encuentra cumpliendo una condena de diez años por haber ordenado el brutal asesinato de su madre, Dee Dee Blanchard, quien la había obligado toda su vida a usar una silla de ruedas, fingir un cáncer e incluso tomar medicamentos que no necesitaba, pero que le provocaron daños.
La historia
Clauddine ‘Dee Dee’ Blanchard y su hija Gypsy, una niña que padecía severas enfermedades, perdieron todo cuando el huracán Katrina destrozó Luisiana en 2005. El padre de la niña era un alcohólico y drogadicto que la maltrataba y luego la dejó sin ningún tipo de apoyo.
Unos meses después del nacimiento de Gypsy, en 1991, su madre sospechó que la niña padecía el síndrome de apnea obstructiva del sueño, un trastorno que impide respirar durante el sueño. Luego siguió una larga lista de enfermedades que incluyen problemas genéticos, asma severa, epilepsia, así como distrofia muscular, que la condenó a la silla de ruedas.
Cuando era bebé superó una leucemia, pero tuvo que seguir tomando una gran cantidad de medicamentos. Además, su madre le rapaba la cabeza asegurando que de todas formas se le iba a caer el cabello. Debido a la medicación y a la necesidad ocasional de ingerir alimentos mediante un tubo (o tal vez por falta de higiene), se le pudrieron los dientes. A veces no podía respirar sin una bombona de oxígeno.
Fue sometida a varias intervenciones quirúrgicas por problemas de vista y de oído y le extirparon las glándulas salivales por una supuesta excesiva secreción. La madre afirmaba que su hija tenía un retraso cognitivo, por lo que tenía que estudiar en casa.
En 2001 el Hospital Universitario de Tulane estudió a Gypsy por su distrofia muscular y los resultados fueron negativos. No tenía nada. A pesar de eso, Dee Dee siguió repitiendo que su hija tenía esa afección. Llegó a confeccionar fichas médicas falsas aduciendo que las originales se habían perdido con las inundaciones de un huracán.
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Dee Dee y Gypsy Rose continuaron deambulando de hospital en hospital. Para Dee Dee, llamar la atención de la gente, se convirtió en una adicción. Con insistencia consiguió que otros médicos avalaran más estudios para los síntomas que se multiplicaban en su hija.
Tras conocer y enamorarse por internet a Nicholas Godejohn, de 23 años y con antecedentes penales, Gypsy Rose le confesó todos los abusos a los que había sido sometida. Aunque su madre trató de impedir la relación, los dos jóvenes planearon la vía de escape de Gypsy Rose: matar a Dee Dee.
El asesinato tuvo lugar el 12 de junio de 2015, cuando Nicholas Godejohn accedió a la vivienda de Gypsy Rose mientras su madre dormía, para apuñalarla hasta en 17 ocasiones. “¡Esa puta está muerta!”, escribió la misma Gypsy ese día. Cuando la Policía y los vecinos entraron en su casa, la hallaron apuñalada y no encontraron rastro de su hija pese a que todas las sillas de rueda estaban en la vivienda.
La Policía descubrió que la joven se había fugado con su novio y que no tenía dificultades para caminar. Resultó también que todas sus graves enfermedades eran una invención de su madre, que se había pasado años convenciéndola de que eran reales.
Tras el crimen, la pareja huyó a Wisconsin, donde fue localizada por la policía y se destapó la verdadera situación de Gypsy. Durante el juicio, la joven se ganó la simpatía del jurado debido al abuso que había sufrido durante años por parte de su madre, y se le concedió un acuerdo para aceptar una sentencia de diez años por asesinato en segundo grado, que aceptó.