La historia del hombre que vivió cuatro años en un centro comercial: Nadie se dio cuenta

Michael J. Townsend es un ciudadano norteamericano que decidió radicarse en un centro comercial en el estado de Rhode Island (Estados Unidos), luego de que su casa fuera embargada.

Townsend, junto a otros siete compañeros, optaron por reconstruir un apartamento ‘bajo tierra’ en Providence Place Mall; cuyo techo fue lugar de reuniones de un grupo dedicado a la justicia social, la enseñanza y el arte comunitario, según documentó el periódico local ‘The Providence Journal’.

La casa, que era calificada como un ‘espacio polvoriento e inutilizable’, fue creada por Townsend y sus socios, en principio, con el fin de albergar espacios de entretenimiento para los trabajadores del centro comercial.

No obstante, y con el pasar de los años, el sitio dejó de utilizarse, “quedándose en el olvido”.

El curioso departamento estaba amoblado con un sofá seccional, un sofá de dos plazas, una mesa de café, una mesa de desayuno con cuatro sillas, lámparas, una alfombra, un aparador para porcelana y cuadros.

Allí, las personas residentes comieron, bebieron, durmieron, leyeron, celebraron fiestas, vieron televisión y jugaron en una consola PlayStation 2, bajo lo que calificaron como “un palacio del comercialismo estadounidense”.

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Townsend y su ‘vínculo comercial’

Townsend pensó que instalarse en ese departamento era una gran idea para ‘protestar’ contra la agencia inmobiliaria que lo dejó sin hogar.

Incluso, el hombre argumentó que ‘sentía un vínculo cercano con el centro comercial’, al cual decidió acogerse durante años.

“Ha sido mi máxima prioridad no interrumpir a las fuerzas de seguridad que trabajan en el centro comercial, y he hecho todo lo posible para asegurarme de que mi proyecto no interfiriera con su trabajo”, contó Townsend para ‘The Providence Journal’.

Townsend también se permitió contar algunas condiciones de supervivencia durante sus cuatro años ‘bajo el anonimato’, donde confesó que él y su grupo obtuvieron electricidad a través de un cable de alimentación que salía del armario de almacenamiento, el cual suministraba energía al resto de complejo comercial.

Townsend reveló que, durante las noches, él y sus amigos aprendieron a moverse en las instalaciones del ‘hogar’, sorteando las cámaras de seguridad, de las cuales ya sabían “en que momentos u horas captaban ciertos puntos”.

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Los ‘pilló’ un guardia de seguridad

El medio local NBC News contó que Townsend “tenía contemplado terminar de amoblar el sitio construyendo una cocina, instalando pisos de madera y un nuevo dormitorio”, pero su plan se tumbó repentinamente.

Cuatro años después de establecerse, un guardia de seguridad captó a Michael y a un amigo ‘recorriendo una zona prohibida para los clientes’. Allí, recorrió el lugar y vio por primera vez el clandestino lugar, el cual fue allanado horas después.

“El personal de seguridad que se ocupó de la situación lo hizo de manera fluida y profesional. Admito que me tomaron con la guardia baja después de cuatro años”, admitió Townsend para el citado periódico.

Michael y sus socios fueron sentenciados por un tribunal, con una medida que les prohibió ‘volver a acercarse al centro comercial’, por el resto de sus vidas.

Entre tanto, el personal de seguridad de ‘Providence Mall’ aún continúan preguntándose cómo es posible que Townsend y sus amigos no fueran descubiertos por tantos años.

“Realmente desearía poder regresar”, confesó Michael J. Townsend.