Fundación buscó durante dos meses al soldado Domínguez para ayudarlo

La vida no fue fácil para el soldado William Domínguez… A los 19 años fue secuestrado por las FARC… A los 21 recuperó la libertad, a instancias de Piedad Córdoba… Y dos años después murió atacado a bala por la espalda en una calle de Bogotá. Aunque se dijo que él había muerto como un habitante de la calle, su familia lo niega, pero admite que tenía problemas de conducta desde que regresó del cautiverio.

El 22 de enero de 2007, el Soldado William Domínguez, fue emboscado por guerrilleros del frente 49 de las FARC cuando patrullaba con sus compañeros del batallón Juanambú, en Remolinos del Caguán, Caquetá.

5 meses después, su mamá supo que William había sido el único militar herido y secuestrado en el ataque, por este video, la primera prueba de supervivencia. El soldado había visto a Clara Rojas.

Domínguez, minutos antes de regresar a la libertad, agradeció la gestión de Piedad Córdoba con una canción que lo inmortalizó.

Al día siguiente, frente al Presidente y la Cúpula de las Fuerzas Armadas,  el creativo cantante cambió la lírica de su inspiración.

“Como nos cambia la vida, ayer era uno y hoy soy otro, ayer patrullaba selva y hoy me encuentro encadenado por los terroristas de las FARC…”

Domínguez quería ser cantante…. Pero anoche apareció muerto cerca a su casa, donde vivía con su esposa y su bebé, en este sitio del bario Luís Carlos Galán, conocido como el caño.

 “Cogí un carro y cogí para el hospital de Engativá. Cuando llegué allá, entre allá al hospital, ya mi hijo había fallecido”, relató la mamá del soldado.

“Se evidencian impactos por armas de fuego y además también tiene una herida producía por arma corto punzante”

Domínguez llegó sin signos vitales.

 “Lo abracé y lo cogí y yo creo que él acababa de morir porque todavía estaba calientico las manos y la carita”

A solo unos metros, en el mismo hospital, Néstor Alexis, el hermano menor del Soldado, intenta recuperarse también de una herida con arma blanca en el pecho. El joven tiene protección de la policía.

“William no tenía enemigos ni nada, y no, es que ese chino era mejor dicho… tan raro lo que le pasó”

Fuentes del Ejército revelaron que el soldado Domínguez asistía a una clínica de rehabilitación.

 “Él todavía se acordaba de todo, dormía y se acordaba, mejor dicho, seguramente se soñaba o algo porque yo a veces me tocaba ir a despertarlo porque estaba gritando y todo”

El pasado 20 de junio, la junta médica militar concluyó que William estaba impedido en un 80 % para ejecutar sus tareas y decidió pensionarlo por invalidez.

A pesar de que el Estado se comprometió con todos los liberados a velar por su reintegración a la sociedad, el soldado William Domínguez cantaba en los buses para poderse sostener a su hija de cinco años… Él se hizo famoso dedicándole la misma canción a Piedad Córdoba y al entonces presidente Uribe.

El pasado mes de junio, la Fundación Sentimiento Patrio que apoya a los  Soldados Profesionales, conoció que William Domínguez estaba sin trabajo, recorriendo las calles y cantando para mantener a su hija que el próximo lunes cumplirá 5 años.

“Nos comunicaron que el soldado Domínguez se encontraba cantando en los buses y que lo habían visto varias personas”

Dice que en esta calle, el soldado abordaba a los pasajeros… Aprovechaba las múltiples versiones de su composición para recordar que a su regreso a la libertad, su canción era lo único que le daba para comer.

“Esto es una prueba más de la negligencia que se encuentran las Fuerzas Militares y sobre todo en la parte de sanidad”.

Dice que no es suficiente el acompañamiento a los militares que estuvieron secuestrados.

“Muchos de los soldados que salieron tanto de la operación Jaque y de las otras operaciones, los tienen en Bogotá, que supuestamente les habían prometido estudiar como el caso del enfermero de Ingrid, y nos dicen que en este momento él se encuentra de digitador”.

Durante dos años y 11 días, esta madre creyó que no volvería a ver a su hijo. Pero en enero de 2009, cuando le hicieron saber que volvería a estar con él, empezó a planear su recibimiento.

 “Un sancocho de gallina y una buena ensalada de aguacate”.

Recordó el tema preferido de su hijo que soñaba con ser un cantante de música popular. Hoy, doña Ana recuerda la voz desafinada que durante dos años rogó volver a escuchar en la incertidumbre.

“Y yo les pido al grupo de intelectuales que no se olviden de todos los compañeros y que trabaje como lo han venido haciendo porque algún día Dios los recompensará… ”

Esta vez… solo espera deja pasar las horas para no volverlo a ver.

“Se ve el triste dolor de una partida…”