La historia de doña Marina, una vendedora de jugos en aprietos por las cuarentenas
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Doña Marina Alvarado, de 67 años, lleva dos años en la misma esquina del barrio Villemar en la localidad de Fontibón, ofreciendo sus jugos y tintos a los habitantes del sector quienes se han convertido en sus clientes fieles.
Tienes 3 hijos, pero, al igual que a ella la pandemia y las restricciones para combatirla les han destruido su estabilidad económica.
Este sábado, su barrio se somete a otra cuarentena más.
“Yo no tengo para pagar el arriendo, no tengo para pagar los servicios ni el mercado”, dice la vendedora de jugos y añade que sus hijos se quedaron sin trabajo.
Doña Marina por sus necesidades se unirá a la llamada desobediencia civil de algunos compañeros que aseguran no aguantar otra restricción.
“Yo en realidad estoy mirando que no me puedo entrar, porque es muy poco lo que voy cogiendo”, señala.
Entre tanto, las cinco localidades donde se ubican las zonas que estarán confinadas concentran el 44.3% del comercio total de la ciudad y se distribuyen así:
Kennedy: 11.9%, Suba: 11.2%, Engativá: 9.4% Usaquén: 7.4% y Fontibón: 4.4%.
Los expertos en salud pública afirmaron que es momento de preservar la vida antela crisis.
Doña marina y miles de comerciantes más podrían ser sancionados por incumplimiento a la medida sanitaria.