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Día mundial de la salud mental: por qué es importante cuidar tu mente y cómo empezar a hacerlo

Aprende consejos para el cuidado de tu mente y cómo comenzar un proceso de sanación. ¡Prioriza tu bienestar emocional!

Salud mental
Foto: Istock

El 10 de octubre se celebra el día mundial de la salud mental, una fecha que busca concienciar sobre la importancia de cuidar nuestra mente y prevenir los trastornos mentales que afectan a millones de personas en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es “un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades, puede afrontar las presiones normales de la vida, trabajar productiva y fructíferamente y contribuir a su comunidad”.

Sin embargo, la realidad es que muchas personas sufren problemas de salud mental que afectan su calidad de vida, su rendimiento laboral, sus relaciones personales y su autoestima. Algunos de los trastornos mentales más comunes son la depresión, la ansiedad, el estrés, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, entre otros.

Estos trastornos pueden tener diversas causas, como factores genéticos, ambientales, sociales o psicológicos. Algunos factores de riesgo son el abuso de sustancias, la violencia, la pobreza, el aislamiento, el trauma, el duelo o la discriminación. Además, la pandemia del COVID-19 ha supuesto un gran impacto en la salud mental de muchas personas, debido al miedo al contagio, al confinamiento, a la pérdida de seres queridos o al desempleo.

Por eso, es fundamental que tomemos conciencia de la importancia de cuidar nuestra salud mental y buscar ayuda profesional cuando sea necesario. La salud mental no es un tema tabú ni una señal de debilidad. Al contrario, es una parte esencial de nuestra salud integral y un derecho humano.

¿Cómo cuidar tu salud mental?

Cuidar tu salud mental implica adoptar hábitos saludables que te ayuden a sentirte bien contigo mismo y con los demás. Algunas recomendaciones son:

  • Mantén una alimentación equilibrada y variada, que incluya frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescado y agua. Evita el consumo excesivo de alcohol, tabaco, café o azúcar.
  • Practica ejercicio físico regularmente, al menos 30 minutos al día. El ejercicio te ayuda a liberar endorfinas, las hormonas del bienestar, que mejoran tu estado de ánimo y reducen el estrés.
  • Descansa lo suficiente, entre 7 y 8 horas al día. El sueño es fundamental para regenerar tu cuerpo y tu mente, así como para regular tus emociones y tu memoria.
  • Dedica tiempo a hacer actividades que te gusten y te relajen, como leer, escuchar música, pintar, meditar o practicar algún hobby. Estas actividades te permiten desconectar de las preocupaciones y expresar tu creatividad.
  • Cultiva tus relaciones sociales con familiares, amigos o personas afines. El apoyo social es clave para sentirte acompañado, comprendido y valorado. Evita el aislamiento y busca espacios de comunicación y confianza.
  • Aprende a gestionar tus emociones de forma positiva. Reconoce lo que sientes y acepta tus sentimientos sin juzgarte ni reprimirlos. Busca formas constructivas de expresar tus emociones, como hablar con alguien, escribir un diario o hacer terapia.
  • Fomenta tu autoestima y tu autoconfianza. Valora tus cualidades y tus logros personales. No te compares con los demás ni te critiques negativamente. Sé amable contigo mismo y reconoce tus errores como oportunidades de aprendizaje.
  • Establece metas y proyectos que te motiven y te ilusionen. Busca un sentido a tu vida y a tu trabajo. No te conformes con lo que no te hace feliz ni te dejes llevar por la rutina. Busca nuevos retos y oportunidades de crecimiento personal y profesional.
  • Busca ayuda profesional cuando lo necesites. No tengas miedo ni vergüenza de pedir ayuda si sientes que no puedes afrontar solo tus problemas o que tu salud mental se deteriora. Existen profesionales cualificados que pueden ofrecerte un tratamiento adecuado y personalizado, como psicólogos, psiquiatras o terapeutas.

¿Cómo empezar un proceso sanador?

Si has decidido empezar un proceso sanador para mejorar tu salud mental, te felicitamos por tu valentía y tu compromiso. Sabemos que no es fácil dar el primer paso, pero te aseguramos que vale la pena. Aquí tienes algunos consejos para iniciar tu proceso sanador:

  • Identifica el problema que quieres resolver o el objetivo que quieres alcanzar. Sé honesto contigo mismo y reconoce lo que te hace sufrir o lo que quieres cambiar en tu vida. Puedes escribirlo en un papel o compartirlo con alguien de confianza.
  • Busca el profesional adecuado para ti. Investiga sobre las diferentes opciones de tratamiento que existen, como la terapia individual, la terapia grupal, la terapia familiar, la terapia cognitivo-conductual, la terapia humanista, la terapia gestalt, etc. Elige el profesional que te inspire más confianza y con el que te sientas más cómodo.
  • Acude a la primera sesión con una actitud abierta y positiva. No tengas miedo ni prejuicios sobre lo que va a pasar. El profesional te va a escuchar, a orientar y a acompañar en tu proceso. Sé sincero y expresa lo que sientes y lo que esperas de la terapia.
  • Comprométete con el proceso y sé constante. La terapia no es una solución mágica ni inmediata. Requiere tiempo, esfuerzo y voluntad. No abandones la terapia si no ves resultados inmediatos o si te enfrentas a dificultades. Confía en el profesional y en ti mismo.
  • Aplica lo que aprendas en la terapia a tu vida cotidiana. La terapia no solo consiste en hablar, sino también en actuar. El profesional te va a dar pautas, consejos y ejercicios para que los pongas en práctica fuera de la sesión. Sigue sus indicaciones y observa los cambios que se producen en ti y en tu entorno.
  • Celebra tus avances y reconoce tus dificultades. El proceso sanador no es lineal ni uniforme. Habrá momentos de progreso y momentos de retroceso. Lo importante es que reconozcas tus logros, por pequeños que sean, y que no te desanimes por los obstáculos. Sé paciente y perseverante.

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