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#QuéTalEsto La historia de Osmario, un niño que busca sus manos mientras el que se las quitó sigue libre

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Hace nueve meses el arrendatario de un predio en extinción de alias La Gata mutiló a un niño de su vecindario y antes que pretender la captura del victimario, la policía y las autoridades locales, insisten en acusar a la víctima.

El 27 de noviembre de 2016 los medios registraron un hecho que conmovió a los habitantes de Arjona, Bolívar.

Un día antes, Rosa Cecilia Beltrán se encontraba en su casa en el sector Las Piñas de Arjona cuando recibió una dolorosa noticia sobre su hijo Osmario Simancas: lo habían cortado.

Osmario de 16 años era conocido en la zona como un joven honesto y con grandes deseos de ser boxeador. Así lo confirma Luis Rafael Rincón Castillo, su entrenador.

Esa tarde el hijo de Rosa Cecilia Beltrán decidió con su amigo Luis Eduardo, otro joven de 14 años, jugar en los alrededores de las fincas.

Según Osmario, de camino a casa de su tía “me encontré con mi amigo y cogimos camino, íbamos al mar y caminamos hacia Campo Alegre. Estaba cogiendo las pájaros porque me gustan los animales, siempre me la he pasado en el monte”.

Osmario y Luis Eduardo llegaron hasta este sitio donde se encuentra la finca Campo Alegre Dos.

Osmario relató que a partir de ese momento corrieron porque creían que los iban a matar. Cuenta que cada uno cogió caminos distintos en la huída. Su Amigo logró escapar.

“Él se tiró en el pozo y el man que viene atrás se le tira dentro del pozo y le tira a machetazos pero menos mal que no le alcanzó agarrar. Yo seguí corriendo y entonces el tipo me coge de frente y me lanza un machetazo. Me mocho el brazo izquierdo”, dijo Osmario.

El joven sustentó que durante el ataque también le cortaron la otra mano y que después el dueño de la finca llamó a la Policía para que se lo llevaran. A pesar de sus heridas él siempre estuvo consiente y por eso pudo identificar a sus agresores.

Uno de ellos era Eduardo Núñez a quien en la zona se conocía como el administrador de la finca.

La Policía se puso del lado de los finqueros sin preguntarle nada a Osmario aunque ya estaba mutilado.

La madre del joven y líderes campesinos denunciaron a los finqueros ante la Fiscalía, la Procuraduría, la Policía y la Defensoría del Pueblo de Bolívar desde el mismo día en que ocurrieron los hechos, pero aseguran que han pasado ocho meses y nadie responde por lo que le hicieron a Osmario.

Los pobladores piden justicia contra quienes se la tomaron por mano propia.

Orlando de la Rosa Marriaga, líder de la Coordinadora Campesina de Bolívar reaccionó frente a lo que le hicieron a Osmario “tildándolo de secuestrador y ratero”. Afirmó que “no hay justificación para lo que le hicieron a una familia, la estigmatización a la región”.

Las 350 familias que están agrupadas en la Coordinadora Campesina de Bolívar y que fueron desplazadas por las Autodefensas en los años 90, aseguran que la finca en donde fue atacado el joven pertenece a Enilse López, alias ‘La Gata’, quien paga una condena de 37 años por el crimen de un empleado suyo. También está procesada por vínculos con los paramilitares.

A pesar de las secuelas físicas y psicológicas que quedaron en Osmario, él y  su madre insisten en que no se rendirán. 

Hace dos meses la Unidad de Protección de Víctimas de Estado reubicó a Rosa y a su hijo de Arjona porque además de ser víctimas, las amenazas contra ellos comenzaron cuando decidieron denunciar a sus agresores.

Si quiere ayudar a Osmario, no dude en comunicarse con nosotros al 4107236 de Bogotá.

Noticias Uno.

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